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Reflexión Final

Cuando empezó el ciclo, creí que esta materia iba a ser fácil y que no me costaría nada de trabajo pasarla, me llamo la atención porque se trataba de aplicar psicología, y me gusta mucho la psicología. Los primeros dos días de clases fueron raros para mí pues nunca había trabajado de esa forma, es la primera vez, a cómo iban pasando los días las cosas fueron agarrando dificultad y llegue a creer que era una materia muy difícil, parecía muy dura e incluso algunos se dieron de baja.

Decidí no darle de baja a la materia, y esa fue una decisión muy buena de la que no me arrepiento, porque quería tomar ese camino que parecía difícil al principio, quería superarlo para lograr ser mejor y superarme cada vez más, trabajar duro para pasar esta materia.

Y eso fue lo que estuve haciendo todo este tiempo, a pesar de que la materia era “estresante y difícil” entre comillas porque realmente ahora me doy cuenta de que no hay tal estrés ni tal dificultad, todo es mental y la actitud es un factor clave en esto. Al principio tenía esa actitud mala hacia la materia, pero para poder acreditarla y superar esta prueba, tuve que cambiar de actitud.

La actitud es de las más difíciles de cambiar, y es la principal para la automotivación, como al principio no tenía esta actitud positiva ni motivación, me costó mucho trabajo adaptarme a esta nueva forma de trabajo, pero con el paso del tiempo empecé a ver desde otro punto de vista esta nueva forma de aprender, y termine aceptándola.

Aprendí muchas cosas, todas fueron para bien, todos los temas fueron de interés y al tener una parte teórica y otra práctica, volvía dinámica la clase y la hacía interesante. Cada clase aprendía algo nuevo, tanto académicamente como personalmente. La actitud y comportamiento de la maestra  me fue un tanto difícil de entender, pero logre aprender de ella muchas cosas que me servirán en muchos ámbitos de la vida, puedo decir que hay muchas cualidades que puedo imitar de ella.

Las evaluaciones juegan un papel muy importante en el desarrollo como estudiante, cada una de ellas me servían para marcar avances, identificar debilidades y solventarlas, y mejorar mis fortalezas. Las coevaluaciones fueron mis favoritas, pues llegue a un punto por muchas razones en las que entendí que tenía que ser mejor, cada vez mejor que mi yo de la semana pasada, y es por eso que las coevaluaciones me gustaron mucho, pues me decían mis debilidades, mis fortalezas y como podía mejorar en ellas. Tal vez en un futuro pueda tener nuevamente estas coevaluaciones, y me gustaría ver que tanto he avanzado desde ahora hasta esa fecha.

Al final del semestre cuando llego mi heteroevaluación y la vi, me sentí un tanto decepcionado, pues había reprobado, y me di cuenta de lo que había estado haciendo mal; pero la maestra nos dio otra oportunidad, a mí y a mis compañeros que igual habían reprobado, así que volví a hacer las cosas de nuevo. Puedo decir que todo este proceso de aprendizaje fue totalmente efectivo, pues encontré una forma de estar en constante mejora, tanto académicamente como personalmente, a través de una administración total de todos los recursos que dispongo, y resolver problemas a partir de esto.  

"Seré mejor...

Definitivamente

seré mejor..."

-Bosho-

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